¡Saludos, navegante de historias!
Te traigo una reseña de un libro que no sabría muy bien cómo catalogar. ¿Es fantasía, es ciencia ficción, es contemporánea? Digamos que este libro es especial y no encaja en ninguno de estos tres géneros, pero eso no es un problema. Las etiquetas son para los departamentos de marketing, y yo no pretendo parecerme a uno.
Escrito por Ana González Duque y publicado por ella misma a través de Amazon, La Sociedad de la Libélula demuestra que se puede autopublicar con calidad. Y ¿qué me decís de la libélula de la portada? Libertad Delgado sabe mezclar fantasía y realidad de forma muy atractiva.
Sinopsis:
Cuando «La Sociedad de la Libélula», la mayor editorial de fantasía del país, abre sus puertas a nuevos autores, Isabel decide probar suerte. Siempre había considerado que perderse en un buen libro era una actividad placentera.
Hasta que conoce a Melchor Malatar, el editor jefe de La Sociedad, inventor de un trasladador que permite a los escritores vivir sus propias historias. Desdibujar las fronteras entre ficción y realidad no tiene tanto encanto como Isabel había creído, sobre todo cuando se sumerge en un mundo helado y agonizante, poblado de razas extrañas, en el que su vida corre grave peligro.
Un escritor desaparecido, un homicidio y un amor que desafía todas las normas impuestas se entrelazan en una trama que Isabel deberá recorrer en busca de un final feliz capaz de salvarla.
Reseña
Este libro me ha dejado con sentimientos encontrados. Creo que esto se debe en parte a mis expectativas: entré en La Sociedad de la Libélula buscando una historia de fantasía, pero de una fantasía muy concreta, y Ana desmontó todo lo que llevaba pensado de antemano.
El mundo de Anisóptera es un mundo muy particular. Bien desarrollado a lo largo de la novela, sus descripciones son breves pero ajustadas a la necesidad del lector. Si tengo que sacarle algún defecto es la cantidad de razas que se presentan sin descripción física y la falta de explicación de la jerarquía interna de Anisóptera.
Cuando iba por la página 70 seguía sin entender la jerarquía de las ninfas, coerus, arthros y demás (sí comprendía la que tenían los personajes presentes en la escena, pero no la global). Como lectora, me gusta hacerme una imagen clara del mundo desde el principio, y la falta de información en este aspecto me tenía perdida.
Tampoco me terminó de quedar clara la forma física de cada una de las razas hasta que me cansé y las busqué en Internet, y me resultó molesto que fuera así. Estaría bien que se explicara de forma que no haya que buscarlo fuera del libro, pues, en mi caso, interrumpe la lectura y me distrae de la experiencia inmersiva que busco en toda historia. Comprendo que describir poco es una forma de dinamizar la lectura, pero eché de menos más detalle descriptivo a través del diálogo para clarificar la imagen mental del lector.
El libro transcurre a saltos entre el mundo de fantasía y el mundo real, y nunca llegamos a abandonar el uno en favor del otro, cosa que me parece todo un acierto. Para mi sorpresa, el mundo que más disfruté fue el real (soy lectora de fantasía, esto no es común en mí). Quizá el hecho de ser escritora y que el mundo real tuviera mucho que ver con una editorial lo pintó más fantástico en mi cabeza que un mundo donde las libélulas reinan, los humanos son escoria y el cielo es verde (sí, me gusta mucho el color azul de mi cielo, ¿quién me lo iba a decir?).

Cada capítulo está narrado desde el punto de vista de un personaje, con cuatro narradores diferentes. La estructura de los capítulos es maravillosa para enganchar al lector, con una brevedad muy apropiada, que provocaba que quisiera leer siempre «un poco más», y cuando me quería dar cuenta ya llevaba tres capítulos más.
En mi caso, me atraía más la trama de Isabel y la editorial que la del mundo de fantasía, pero creo que la mezcla de distintos narradores es un acierto, pues hace que la historia apele a un público más amplio al dar la posibilidad de empatizar con personajes diferentes, cada uno de ellos con objetivos claros y dispuestos a luchar por ellos (y no todos de la forma que esperaba. Menudos giros tiene el libro…).
Isabel me recuerda mucho a mí como escritora: con un sueño tan grande como su inseguridad. Sin embargo, ella tiene una fuerza interior templada a base de silencios y de introspección. Tiene un mundo rico en su interior y su incapacidad para moverse por el mundo real la supera con voluntad. Sabe sacrificarse por los demás (tengo en mente una persona concreta que la necesita en un momento dado y la respuesta de Isabel da lugar a uno de los momentos más tiernos de la novela), y su forma de enfrentarse a la pérdida y a sus miedos es de admirar.
Sin ser uno de los personajes más destacados, mi favorito es Javier, el escritor de terror. Se convierte en un gran apoyo para Isabel y sabe sacar lo mejor de ella cuando las circunstancias lo requieren. Es leal, valiente, y tiene sentido del humor.

Me ha encantado la radiografía que Ana hace del mundo editorial y su funcionamiento. Mi faceta de escritora ha disfrutado muchísimo con este aspecto, y me ha hecho desear haber tenido este libro entre manos cuando todavía no sabía a qué dedicarme, para darme cuenta de que los libros no se crean solos, si no que los escribe una persona con papel y lápiz en su casa (sí, para mí no era tan obvio al principio, ¿de acuerdo? Es lo que tiene dar los libros por hecho).
Quizá el final y la forma de atar los cabos sueltos es lo que menos me ha gustado de la novela y por eso me he quedado con un sabor agridulce. El lector no se queda con ninguna duda, pero no puedo evitar sentir que la forma en que se hace tiene algo de infodumping, pues se reúnen todas las respuestas en un capítulo final de un modo muy concreto que no voy a desvelar. Al leerlo, yo sentía que parte de esas respuestas respondían más a la necesidad de la autora de explicarse y mostrar la investigación detrás del funcionamiento de su mundo que a la necesidad del personaje de contar todo aquello o del lector por conocerlas.
Es muy complicado escribir un libro que mezcle ciencia ficción y fantasía con éxito, y creo que esta ha sido la razón por la que no me ha terminado de encajar: yo prefiero que me lo expliquen todo de manera científica y leer ciencia ficción, u olvidarme de la ciencia y dejar todo en el plano de la fantasía (con sus propias reglas y límites internos), pero la mezcla de ambas no termina de funcionar para mí.
Uno de los giros que más me ha gustado ha sido el juego con el tiempo y los narradores. No voy a decir nada más por no dar pistas, pero me parece que Ana ha manejado muy bien este recurso, que le ha permitido dar más de una sorpresa al final.

Conclusión
La Sociedad de la Libélula está llena de giros, intriga y sorpresas. Sus personajes están vivos y no se conforman con sus vidas. Si te gusta la gente que lucha por sus sueños, en esta novela encontrarás un puñado de buenos amigos y una serie de reflexiones muy interesantes.
Este libro no es una mera aventura con la que pasar el rato. A través de las situaciones a las que se enfrentan los personajes y la presentación de un mundo diferente y, al mismo tiempo, demasiado parecido al nuestro, Ana trata temas como la valentía, la lealtad, la pérdida y el duelo, los prejuicios, las tradiciones, el valor del pensamiento independiente… Y si queréis saber más, tendréis que leerlo.
Una novela cargada de fantasía, ciencia ficción y realismo, tiene los ingredientes para encandilar a lectores de tres géneros muy diferentes. Presenta un mundo distinto, en el que la sección de fantasía te hace agradecer lo que tienes en el mundo real, al demostrar que no todos los mundos de fantasía son fantásticos. Yo desde luego no tengo muchas ganas de visitar Anisóptera, un lugar plagado de normas y prejuicios que determinan la vida de sus habitantes y te hace pararte a pensar si estos están solo presentes en este mundo de cielos verdes y suelo helado.
Y esto es todo por hoy, valiente navegante. Si quieres leer algo diferente, este es tu libro. No dejes de darle una oportunidad a La Sociedad de la Libélula. Y si quieres un informe de lectura o una reseña de tu propio libro, no dudes en contactar conmigo. Te deseo buenas lecturas. Hasta pronto, alma curiosa.
Créditos de imágenes
Portada y personajes de @Liberlibelula
Libélula de acuarela de Pixabay

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