¡Saludos, malabarista de palabras!
¿Sabes qué hay que hacer cuando no sabes qué escribir? Escribir.
Sí. Puede parecer una ironía, pero no hay mejor forma de desbloquear los pensamientos.
Escribir sin juzgar lo escrito, escribir sin pensar en las consecuencias; escribir, escribir y escribir. Lo que sea. Letra tras letra, palabra tras palabra, frases con sentido y sin él.
No permitas que el flujo se detenga. No toleres que la tinta deje de emborronar el papel, de marcarlo y desperdiciarlo, de rozarlo, de amarlo. Porque el arte de la escritura es, después de todo y como todo arte, un acto de amor; un proceso en el que el boli acaricia el papel, los dedos rozan las teclas, y la pluma besa el final de una hoja al firmar, al sellar, al imprimir un instante sobre las hojas sangradas de la madera de los árboles.

El que escribe deja una marca. Una huella que permite al que la observa viajar al pasado y dialogar con su otro yo o con otra persona. Un momento y un pensamiento congelados, detenidos, que en un tiempo fluyeron con la tinta y la determinación del autor. Una pulsación en la que pluma y corazón latieron al mismo ritmo y se abandonaron a las manos de un eco que nunca sabían sí cantaría más allá de la única vez que resonó en la mente del escritor para llegar, al menos, hasta el papel.
Escribe si lo necesitas, aunque no sepas qué escribir. Porque cuando no estás inspirado, no es importante lo que dices, sino lo que dejas. Esa señal de que algún día estuviste trabajando. Y no para que no te tomen por vago, sino para que lo sepas tú. Para que te recuerdes que, incluso cuando no sabes de qué escribir, puedes hacerlo.

sabias o no?
Escribe algo malo. Escribe lo peor que se te ocurra. Lo que se te venga a la cabeza, desde la lista de la compra a la decoración del cuarto en el que estás encerrado tratando de arañar unas pocas palabras al papel. Y guárdalo. Que nadie lo vea. Que nadie lo lea. Hasta que un día quieras sacarlo del cajón para ver qué tan malo era eso tan malo que quisiste escribir. Y puede que hasta te inspire y saques alguna buena idea de la basura desinspirada que te obligaste a escribir.
Escribe, porque es lo que hace un escritor. Escribe, porque tienes a mano papel y boli, o un ordenador; escribe porque, al fin y al cabo, escribir es un acto de amor.
Y esto es todo por hoy. Te deseo inspiración en tus historias, buena pluma para escribirlas y sabias tijeras para pulirlas. Hasta pronto, alma curiosa.
Créditos de imágenes
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Gracias por compartir esta maravillosa con tus lectores (me incluyo). Ayuda bastante saber que hasta en el peor de los momentos, cuando las musas se van y se esconden, escribir siempre estará ahí, pendiente de recirbir tus pensamientos y opiniones, tus historias y poemas. No tengo mucho más que decir, salvo agradecerte que escribas. 😘
Me anima mucho que te haya servido, porque este texto salió precisamente de uno de esos momentos de no inspiración en los que no tenía ni idea de qué escribir, así que me sentía vulnerable al hacerlo público. No sabía si publicarlo o no, porque no va mucho con la línea del blog, pero todos necesitamos palabras de motivación de vez en cuando, y las tuyas me han alegrado el día.
Un abrazo, y muchísimas gracias por tu comentario.
Gracias a ti por escribirlo y animarte a publicarlo! Es fantástico leer algo que nos ha pasado a todos en algún momento. Un abrazo muy grande y no dejes de escribir!!
Yo tengo una libreta para esos momentos “voy a escribir lo primero que se me ocurra”. A veces son frases sueltas, a veces una página entera. Algunas ideas son para quedarse como ideas, pero otras las desarrollaré más adelante porque lo merecen. Buen artículo.
Yo también tengo documentos en los que no pongo nada más que frases. Nunca sabes cuando te van a servir de inspiración. ¡Gracias por comentar!
Yo hago lo mismo, pero lo escribo en papelitos adhesivos, después los desarrollo.
A mí los papelitos me da miedo perderlos, por eso suelo apuntar en el ordenador, a no ser que no lo tenga a mano 😉 Qué bueno que luego saques el tiempo para desarrollarlo; yo a veces apunto ideas tan abstractas que no sé por dónde continuarlas 😀
También me pasa, en el mismo papel escribo varias cosas y luego me lío.
Jejeje
Hola : confirmo que no estoy loco cuando escribo solo para mí. Es un pacto entre mi libreta y bolígrafo, tan personal, tan secreto, que solo al releer valoro su dimensión. Me alegra saber que es un buen ejercicio. También para el alma, porque vieras como rio o sorprendo con esas palabritas que salieron de pronto.
Me encantó lo que escribes. Me ayuda mucho. Saludos.
La escritura tiene el poder de ayudar y sorprender incluso al propio escritor, a veces años después de haber escrito las palabras, y eso la hace mágica.
Me alegra que te haya gustado la reflexión, gracias por comentar 😀
¡Un abrazo!
Los momentos de “no inspiración” suelen ser los mas inspiradores 👏👏👏
Por paradójico que parezca, es así cuando sabes aprovecharlos 😀
¡Gracias por comentar, un abrazo!
Con permiso de la autora, hago mías y suscribo tus palabras. Me gusta como escribes. Por cierto, al leerte me vino a la memoria Alejandra Pizarnik, escritora apasionada que hizo de la escritura su alimento.
Muchas gracias, me alegro de que te guste mi escritura incluso en sus momentos menos inspirados. Es todo un honor haberte traído a una poeta como Pizarnik a la mente 😀
¡Un abrazo!
Después de todo lo que te han dicho, solo me queda por decir, que es muy buen artículo y me gusta tu blog.
Un abrazo.
Qué bien, me alegras el día con tus palabras.
¡Gracias por comentar, un abrazo!
🌹🙋🏼♀️